Y recoger los frutos de aquello que un día sembraste.
Ver que las horas de sueño que sacrificaste merecieron la pena, que no todo era tan gris como creías verlo. Que una corteza te separaba de la realidad.
Que poco a poco se fue fragmentando y entre las grietas comenzó a abrirse paso la luz, dejándote ver la claridad del cielo azul celeste que jamás imaginaste en ese lugar.
Una ráfaga de un viento helado procedente del sur te hizo recordar la textura de la nieve. Años atrás revolcándote como una niña pequeña en el manto albino sobre el que descansabas.
....y nos acostumbraron a ello, quizá hicieron mal,
pero su ausencia hace que te duelan
hasta los huesos.
¿Verdad?...
2 comentarios:
creo entender lo que dices en la ultima parte...y a mi tambien me pasa....ya lo hemos hablado =)
duelen hasta los huesos
te quiero sucia
verdad
te quiero (:
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