Tierra de neo hippys.
Tierra de spaguettis en el mal sentido de la palabra y de italianos en el buen (y amplio) sentido.
Tierra de nadie y de todos.
De masas y de tranquilidad (sí, en la habitación del hotel y en los vestuarios del spa...)
De precios desorbitados.
De aguas cristalinas.
De medusas en el cuerpo de calamares y de calamares reencarnados en medusas.
De tiempo muerto mirando embelasada a los personajes de telecinco.
De maldecir el calor, entrar en el agua para intentar calmarlo y exclamar: "hay que buena, qué calentita está"
Y es que ... cuando se está bien, se está bien y punto.
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